REFLEXIÓN: ¿ MORIR? ...
Me quedo grabada esta reflexión en cuanto a las clases de personas. Bueno recorde que se tiende a olvidar que nos vemos rodeados de diversos caracteres, y que estos se pueden titular. Existen por ejemplo los estancados, también los que crecen en sus propias fuerzas y estan, los que crecen guiados por Dios.
Pero la real recapacitación inicia cuando se piensa en que necesita un estancado, oye y no es mucho. Para estar estancado solamente se necesita respirar. Ser parte de un montón y un pobre hombre autocompasivo y atenido.
Para crecer en las propias fuerzas se necesita disposición, ganas de vencer, ímpetu, un espíritu de superación y lucha que abra la brecha entre los ganadores para estar allí sin garantía de sostenimiento en las mismas fuerzas.
Y para crecer en las fuerzas de Dios ¿Que se necesita?. Respuesta: Morir a la fuerzas de la carne sin que esto implique irse a suicidar. Ojo con esto.
Esta reflexión la traigo de una predicación del pastor de mi iglesia quien ese día toco el tema de la muerte de una manera muy interesante. Esta frase "Morir no significa no existencia" sino que significa una transformación irreversible" es la clave. Muchas veces queremos sufrir una transformación amañada y a conveniencia y terminamos hablando de un constante proceso y alli nos engañamos.
Pero yo hablo de un proceso no amañado sino de manos de Dios, porque el proceso amañado a las cosas que desagradaran a Dios ya no es proceso, es doble moral. Cuando hablamos de una transformación es para Dios y para el mundo. Si yo muero a la miseria el padre me levanta a la prosperidad. De lo carnal a lo espiritual. De la pereza al progreso.
Es morir al conocimiento humano y nacer al conocimiento divino sin que esto implique acciones fanáticas y enfermizas que en vez de acercar a Dios lo alejen.
Para esto es importante tener el corazón dispuesto a comprender que solo sabemos que nada sabemos. Y que el conocimiento del hombre nunca va de la mano del de Dios. Pues hay cosas que no tienen explicación científica pero pasan y son obra de Dios.
Por ejemplo si el apostol Pedro no muere a los conceptos de pescador viejo no hubiese visto la pesca milagrosa. Pero le creyó a Jesús y murió a sus argumentos y pudo ver el milagro. Aun cuando el clima, la hora y las características del mar en ese momento no fuesen de acuerdo a los conocimientos de Pedro, aptos para pescar victoriosamente.
De la muerte que hablamos es de una muerte voluntaria, es morir al sufrimiento, a las adicciones, a la tristeza, a la pereza, a la falta de fe, es morir a los argumentos que te obligan a razonar a Dios. Hay que morir a las cosas que estorban en el camino para sentir su presencia.
Rompamos con eso que nos ata al pasado, con eso que nos ata a la aflicción y el tormento, a ese viejo amor que solo trae sufrimiento, rompamos con esa falta de seguridad y esa actitud de fracasados. Rompamos con quejadera, el reniego permanente, la murmuración, la crítica, la justificación y la agresividad. De eso se trata la muerte voluntaria. No confundamos entonces el morir con agonizar. La bendición de Jehová es la que enriquece, no la que entristece. A morir a los argumentos para crecer en Dios.
Autor: paula Andrea Vega
www.levantatusmanos.blogspot.com
Pero la real recapacitación inicia cuando se piensa en que necesita un estancado, oye y no es mucho. Para estar estancado solamente se necesita respirar. Ser parte de un montón y un pobre hombre autocompasivo y atenido.
Para crecer en las propias fuerzas se necesita disposición, ganas de vencer, ímpetu, un espíritu de superación y lucha que abra la brecha entre los ganadores para estar allí sin garantía de sostenimiento en las mismas fuerzas.
Y para crecer en las fuerzas de Dios ¿Que se necesita?. Respuesta: Morir a la fuerzas de la carne sin que esto implique irse a suicidar. Ojo con esto.
Esta reflexión la traigo de una predicación del pastor de mi iglesia quien ese día toco el tema de la muerte de una manera muy interesante. Esta frase "Morir no significa no existencia" sino que significa una transformación irreversible" es la clave. Muchas veces queremos sufrir una transformación amañada y a conveniencia y terminamos hablando de un constante proceso y alli nos engañamos.
Pero yo hablo de un proceso no amañado sino de manos de Dios, porque el proceso amañado a las cosas que desagradaran a Dios ya no es proceso, es doble moral. Cuando hablamos de una transformación es para Dios y para el mundo. Si yo muero a la miseria el padre me levanta a la prosperidad. De lo carnal a lo espiritual. De la pereza al progreso.
Es morir al conocimiento humano y nacer al conocimiento divino sin que esto implique acciones fanáticas y enfermizas que en vez de acercar a Dios lo alejen.
Para esto es importante tener el corazón dispuesto a comprender que solo sabemos que nada sabemos. Y que el conocimiento del hombre nunca va de la mano del de Dios. Pues hay cosas que no tienen explicación científica pero pasan y son obra de Dios.
Por ejemplo si el apostol Pedro no muere a los conceptos de pescador viejo no hubiese visto la pesca milagrosa. Pero le creyó a Jesús y murió a sus argumentos y pudo ver el milagro. Aun cuando el clima, la hora y las características del mar en ese momento no fuesen de acuerdo a los conocimientos de Pedro, aptos para pescar victoriosamente.
De la muerte que hablamos es de una muerte voluntaria, es morir al sufrimiento, a las adicciones, a la tristeza, a la pereza, a la falta de fe, es morir a los argumentos que te obligan a razonar a Dios. Hay que morir a las cosas que estorban en el camino para sentir su presencia.
Rompamos con eso que nos ata al pasado, con eso que nos ata a la aflicción y el tormento, a ese viejo amor que solo trae sufrimiento, rompamos con esa falta de seguridad y esa actitud de fracasados. Rompamos con quejadera, el reniego permanente, la murmuración, la crítica, la justificación y la agresividad. De eso se trata la muerte voluntaria. No confundamos entonces el morir con agonizar. La bendición de Jehová es la que enriquece, no la que entristece. A morir a los argumentos para crecer en Dios.
Autor: paula Andrea Vega
www.levantatusmanos.blogspot.com
¡Muy bonita reflexión!
ResponderEliminarMe ha dejado pensando esta frase tan certera que mencionaste: "Morir no significa no existencia" sino que significa una transformación irreversible" es la clave.
Eso es lo que queremos cada día tener una trasformación irreversible.
Bendiciones amada Paula.
Que el Señor derrame sobre tu vida una unción fresca y poderosa.
En el amor del Señor,
Brendaliz
me gusta saber que la muerte no es significado es dejar de existir sino que DIOS realiza un cambio de estatus entre estar vivi y vivir con el.
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