Mujer: Me case… pero, no me acoplo
“y renovaos en el espíritu de nuestra mente, y vestíos del nuevo hombre creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4,23).
El día que yo me case será maravilloso, los pájaros cantaran y yo llegare tarde para hacer esperar al novio como es tradición, mi familia estará allí, mis amigos, las fotos, la alegría Diooos…. Otras se lo imaginaban diferente u otras n i se lo imaginaban pero algo si les pasaba por su cabeza. La idea es que ese día llego, con o sin los sueños cumplidos de nuestra imaginación.
A la hora de compartir con nuestro “ken” cada tinto se convierten en una siesta, cada palabra es mágica, y cada día que pasa es un reto porque ya empezamos a ver l o que en el noviazgo no. Ella se levanta y no al veo igual que cuando la visitaba sorpresivamente una mañana en su casa dirá él, nosotras detallaremos cada gesto, cada olor y cada momento de presencia y de ausencia.
Empieza un ejercicio de no hacer las cosas a nuestra manera, de llevar un...