Reflexión: Heridas pero no vencidas...
Proverbios 21, 23. “Hijo mío, conserva el buen juicio y no pierdas de vista la discreción. Serán fuente de vida para ti, te adornaran como un collar. Podrás recorrer seguro tu camino y nunca tropezarás” Las mujeres de vez en vez somos más que susceptibles, más que emotivas, más que necias diría yo. (Esto solo hablando del género femenino pues el masculino es muy similar pero más racional). Una palabra mal dicha, o ninguna palabra por parte del ser que amamos son motivo de amargura y sensaciones de tristeza y, aún siendo cristianas lo podemos sentir, porque haber nacido de nuevo en Cristo no nos exime del sentir y el ser mujeres. Por ello hablar de esto es algo que siento se identifica con muchas mujeres que hoy leen este artículo. Considero que el enemigo es muy sutil y sabe como atacar y con quien. P or ello es indispensable que al sentirse heridas se debe clamar a Dios por sabiduría rogando que ninguna acción por parte de nuestro compañero llámese esposo, novio o proyecto de novio