SABER Y HACER
Empecemos por decir que mientras el hombre no entienda que se trata de una comunión con Dios y no de los favores de Dios, seguirá pensando que Dios está a su servicio. Que Dios debe cumplirle en todo, concederle sus deseos y aliviar sus penas aun con la conciencia de saber que son las consecuencias de sus actos las que les suman problemas. Pregúntate cuando fue la última vez que le dijiste a Dios, qué quería que hicieras antes de tomar esa decisión. ¿Has hecho planes antes de llevarlos a Dios buscando su aprobación? Pienso que todos hemos pasado por esos momentos de hacerle caso a nuestra propia prudencia, pero lo importante es saber reconocer nuestros errores y determinar hasta cuándo y hasta donde seguiremos sin la dirección del señor. Recuerda que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. Volver tu rostro a Dios, llorar, hablar, contarle todas tus penas y situación es el primer paso. Dios no apaga fuegos, Dios no concede caprichos, Dios no hace inocente al culpable.