Reflexión: "Yo no soy como todo el mundo"

Romanos 12:2

“Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.”


Nuestras acciones van de la mano de la actitud mental que tenemos de las cosas. El niño cree plenamente en que si se tira de lo alto a los brazos de su padre, no se caerá al piso, porque en su corazón y mente está la certeza de que su padre no lo dejara lastimar.


Se siente protegido y seguro con solo verlo. Es su manera de pensar. Y él no tiene viciado el corazón, es puro, es inocente, no tiene maldad porque no la conoce. Esto para decir que de la mente alimentada por el corazón dependen nuestras acciones, y de allí parten los miedos, la depresión, la maldad y ataduras mentales. Ser prevenidos, ser agresivos, mentirosos o caer en la banalidad de "No me importa nada, de malas los demás" es el resultado de lo que genera la mente.


A veces nos volvemos un caos, armamos tormentas en un vaso de agua, buscamos ayuda del hombre, o abruptamente tomamos decisiones en nuestra opinión, en nuestra sabiduria. Y no hallamos soluciones, hay quejas, soberbia y arrogancia.
Pero si disponemos y nos determinamos del corazón y mente a ser transformados a través de Dios en Jesucristo nuestro presente cambia y se hilvana sensatamente nuestro futuro. Sin vacios, sin culpas, sin fracasos, sin verguenzas.


¿Que quiere decir esto?


Dios lo que brinda es un estilo de vida diferente al del vecino que soluciona cosas a su manera. Un estilo de vida que nos aparta de lo que nos genera intranquilidad. Normas de convivencia ciudadana, de reglas familiares, de amor fiel y respetuoso, de administración de nuestros recursos financieros, de poderes extrasensoriales llamados dones o regalos del Espíritu Santo, de armas espirituales para combatir los dardos del enemigo como las ataduras y sus falsos argumentos. y todo eso es nuestro cuando nos disponemos a dejar que Dios cambie el presente a traves de nuestra manera de pensar.


Es una vida sin reserva la que demanda Dios para operar en el corazón y romper ataduras. La palabra dice “Bástate de mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.


Después de aceptar a Jesucristo como señor y salvador y reconocer que somos pecadores, Dios nos perdona y se nos abren las puertas a una vida diferente a la de la de “todo el mundo”. Nos sorprendemos expresando “hace días no fumo, hace días no me embriago, ya no me hace falta esto o aquello que me hacía daño”.


El apóstol Pablo dice “cambien de manera ser y de pensar” y “ya no vivan como vive todo el mundo”. Lector, se trata de no ser parte de un sistema que uniforma el comportamiento de las personas, haciéndolas consumidoras de valores paralelos a el principio de las enseñanzas de Cristo “amar a Dios sobre todas las cosas”. Se trata de querer cambiar, de asumir la transformación que Dios quiere para que nuestra vida se plena.


BENDICIONES


Autor: Paula Andrea Vega

levantatusmanos.blogspot.com

Comentarios

  1. Dios te Bendiga Paula Andrea, de verdad que el Señor te tiene para un propósito muy grande, te felicito porque rompes barreras haciendo que personas como yo vuelvan a sentir el gran amor de Dios en sus corazones!

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  2. Amén. Que felicidad para mi saber que soy un instrumento de Dios.

    Buen día Ofir, Dios te ama y como un padre para sus hijos, quiere lo mejor para ti en toooodo sentido, para eso te creo. Un fuerte abrazo y adelante, con el corazón dispuesto para que tu mente sea el timos de la victoria. En ti está todo.

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